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martes, 29 de enero de 2013

El celular no debe ir al basurero

Cuando un usuario decide cambiar su dispositivo móvil o comprar un nuevo equipo tecnológico seguramente piensa en las novedades que el nuevo ‘gadget’ le ofrecerá, y hasta las múltiples formas en las que puede pagar. ¿Pero cuántos reflexionan sobre el destino final del antiguo celular o tableta? Según un informe del Banco Central del 2012, el país cuenta con 27 632,94 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (1 907 kilogramos por habitante). ¿Qué hacer con esa cantidad de chatarra? Compañías recicladoras de equipos como Intercia, Comexport y Vertmonde velan por el ambiente. Esta última, ubicada en el norte de Quito, inició el procesamiento de 30 toneladas mensuales en el 2009, y desde el 2011 procesa 150 toneladas de residuos tecnológicos al mes. La ingeniera ambiental Johana Rosales, gerente de la compañía, aclara que el servicio de reciclaje tecnológico no puede realizarse de manera casera ni artesanal. El tratamiento que se aplica a los residuos consta de su destrucción total y extracción selectiva de materiales, con el fin de recuperar fracciones reciclables y disponer de fracciones no recuperables. Rosales aclara que los residuos electrónicos tienen una gran cantidad de metales pesados en su composición, como el cadmio, mercurio, litios, plomo, niquel y otros. Al entrar en contacto directo con la naturaleza, o al ser quemados, estos elementos químicos se liberan al ambiente y generan una importante contaminación del agua, suelo y aire. El usuario debe comprender que los metales pesados son altamente tóxicos para la fauna, flora y el hombre, y que provocan enfermedades crónicas e incluso malformaciones genéticas. El porcentaje de estos componentes difiere según el aparato, pero sobresale en equipos como circuitos electrónicos, baterías, toners, cartuchos, y los tubos CRT de monitores y televisores. Una vez clasificadas, las fracciones metálicas y plásticas reciclables de los residuos electrónicos son reincorporadas en procesos productivos. Solo el litio puede ser reutilizado para elaborar nuevas baterías recargables en un proceso de ciclo cerrado. Las fracciones no recuperables de los residuos son incineradas o confinadas en celdas de seguridad, mientras que los materiales aprovechables son adaptados a nuevas industrias. No se puede precisar un porcentaje específico de los componentes dañinos en cada aparato electrónico. Rosales aclara que se puede recuperar más del 90% de los elementos de equipos tecnológicos. ¿Dónde dejar los aparatos inservibles? Los residuos tecnológicos  jamás deben ser unidos con la basura común, ni se los debe botar en la calle o quebradas. Tampoco deben ser entregados a minadores ambulantes o recicladores informales, pues las actividades que realizan con estos residuos son altamente contaminantes. Las personas  que tengan aparatos tecnológicos descontinuados en sus hogares pueden entregarlos en la sede de Vertmonde en Quito (Juan Barrezueta N 70 146 y Francisco García, en el norte de la capital). También lo pueden hacer   en el centro de acopio de la Fundación Hermano Miguel (Av. Interoceánica, Km 4), en los almacenes de Computron en todo el país, y en las ánforas del Ministerio de Telecomunicaciones y de la Secretaría Nacional de Telecomunicaciones y de CNT.

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